El vaho del armario de los congelados hizo que, mientras decidía qué helado elegir entre la cada vez más variada oferta del sector, leyera Cornetto Estigma, en lugar de Cornetto Enigma. Concentrado en la elección no procesé la información de inmediato, seguí mirando cajas de colores, cuando, un momento… ¡Cornetto Estigma! ¿Qué broma era esa? Volví a mirar y me di cuenta de mi error. Aunque para error el de los fabricantes. En la caja muestran un corte transversal del cono donde se ve el relleno de chocolate y almendras. ¿Dónde está el enigma si lo revelan en la foto? ¿No sería más razonable ocultar el interior del helado y dejar lugar para la sorpresa tal y como indica su nombre? O cambiarlo: Cornetto, corazón de chocolate con almendras. Cualquier cosa con tal de no entrar en tan burda contradicción.
Pero la idea de un Cornetto Estigma se me quedó en la cabeza. El primer helado con propiedades psicosomáticas. Hace que aparezcan en tu cuerpo heridas similares a las que infligieron a Jesús, las típicas marcas rojas en las palmas de las manos y en los pies. Un helado místico que permite hacerte participe de los sufrimientos de Cristo. La parte superior del cono, en lugar de presentar la típica forma de bola, podría reproducir una corona de espinas.
Otra posible interpretación sería crear un helado para un grupo social estigmatizado. ¡El helado de los parias! Muy barato, muy poco sano. Algo que, inmediatamente, pasase a formar parte de su dieta, de su identidad.
“¡Eh, tú, no compres ese helado! ¡Tú no puedes comer ese helado!”, te amenazaría el perdulario si te viese comprándolo. “Ese helado nos pertenece, quita tus limpias manos de encima y coge una caja de Magnums.”
Pero entonces caí en la cuenta de que esos helados ya existen, los venden en el McDonalds y son los favoritos de los yonquis 1.
1 Me hace mucha ilusión poner una nota a pie de texto, es la primera vez que lo hago en El butano popular, hace que me sienta un poco Noguera (¡Ah, Miguel, cuánto te admiro! Eres de las pocas personas que me hace reír. Últimamente, la única que me hace reír. Qué presión te estoy pasando, ¿no?). El caso es que los helados del McDonalds constituyen el elemento principal de la dieta de los toxicómanos gracias a su alto aporte energético, a su precio y, por supuesto, a su agradable sabor. Esto es así, de verdad.