1. Cuidado con a quien le das dinero en la calle, porque mucha de la gente que parecen homeless, en realidad son DJ’s y diseñadores gráficos, ¡que se ofenden cuando les das dinero!
2. Evitad el Sephora. Ofrecen cursos de maquillaje y sus profesores son muy persuasivos. Vas a comprar una colonia y de golpe te encuentras de vuelta al cole, rodeado de divorciadas, hablando de cosmética y divorcios.
3. Evitad también los talleres literarios. Sobre todo los que se organizan dentro de una camioneta. Sin ventanas. O con los cristales tintados.
4. No os fiéis nunca de los hombres de cuarenta años que llevan pantalones de cuero. HACEDME CASO EN ESTO al menos.
5. No vayáis nunca a la estación de Sants de Barcelona. Por algún motivo, se ha convertido en una especie de convención permanente de zombis homeless que también son pervertidos sexuales.
6. Si vivís en un barrio bohemio y tenéis una vecina con la casa llena de gatos y el pelo teñido de azul, no intentéis hacerla entrar en razón. No sirve de nada. Y si lo intentas, como buena bruja junguiana probablemente te convertirá en otro de sus gatos neuróticos que jamás irán al cielo. Nunca irás al cielo.
7. Llevad siempre un cuchillo muy fino a las fiestas, tipo bisturí, en caso de que a alguien se le ocurra llevar una guitarra. O hablar de cuando vivía en Nueva York.
8. Flashmobs, no. Los principales síntomas de la depresión en occidente son: cansancio, tristeza crónica, perdida de apetito, y unirse a un flashmob.
9. Una vez participé en un flashmob y los tíos luego me siguieron a casa. Y era un flashmob nudista.
10. Participé en un flashmob hace un tiempo pero los tipos siguen bailando sin pantalones y se niegan a dejar de seguirme. ¿Qué puedo hacer?
11. No ir disfrazado de banquero del Monopoly por ninguna ciudad. Tal y como están las cosas, no es buena idea. Sé de lo que hablo.
12. Cuando empiezas a aprender a tocar el acordeón, alguien debería advertirte de que probablemente acabarás tocándolo en la puta calle.
13. Si quieres conocer a la gente más rara del universo, bájate del coche y camina por la rotonda de Glòries, en Barcelona, durante tres minutos.
14. No te dejes mostacho de moderno. Las únicas personas a quienes les gusta son a los que ya te conocían antes de que lo llevaras. Y esos no cuentan. The game is over.
15. Si viajaras atrás en el tiempo, al siglo XIX, descubrirías que también entonces los tipos con mostacho iban de modernos con ganas de llamar la atención.
16. No habléis de economía en bares especializados en gin tonics exóticos. Oír a cierta gente hablar de economía y política es como escuchar a mi abuela hablando de hip hop, sin la dentadura postiza puesta.
17. Si eres creativo publicitario o diseñador no lleves calcetines de creativo, ya sabes, calcetines de creativo. Igual que si eres guionista, por favor: deja en casa las gafas de colores y el jersey con el cuello de pico, te hace parecer un seminarista que quiere ir de enrollado.
18. No habléis constantemente de cuando vivíais en Nueva York a no ser que hayáis pasado allí más de tres meses. Si empiezas una frase diciendo: “Pues cuando yo vivía en Nueva York…”, espero que AL MENOS hayas vivido uno o dos años en esa ciudad.
19. Muchos de los restaurantes de comida japonesa y fusión del Born deberían llamarse simplemente “Moderneo irrelevante & Sushi insípido”.
20. Mujeres que van vestidas como Amy Winehouse: ¿No se dan cuenta de que ese look fue una cosa momentánea en el espacio-tiempo de la moda?
21. Acabo de ver en un Starbucks de Delhi a un tipo con dos portátiles encendidos escribiendo descalzo. En Delhi. No es broma. El Ascómetro se ha disparado.
22. No entiendo la obsesión de los hipsters vegetarianos por reclutar a otra gente. No nos digas nada, hipster. ¡Más fruta para ti! ¡Toda TUYA!