Setecientas veintiocho páginas, tanta idea revoloteando y todo para qué.
Para que el personal termine por no enterarse de nada, para eso. Por fortuna hoy la comunicación se ha vuelto más simple, más concisa, más democrática. Charlie Parker tuvo su momento, ahora el que corta el bacalao es David Bisbal. Las cosas han cambiado, ya lo creo.
En definitiva, si Cortázar pudo escribir la novela de su tiempo no veo por qué no voy yo a poder escribir la del mío. Muerte a los lectores hembra. Aquí todos somos participantes. Cada lector puede alcanzar la realización personal a través del proceso. Cada lector puede construir y descubrir su propio libro. Conceptos nuevos iluminándole, conceptos familiares bailándole en el melón. Esa es la idea. Que investigue en su interior. Que alcance niveles superiores de consciencia. Que haga algo, coño.
El presente texto puede leerse secuencialmente, empezando desde el principio. En tal caso, la narración termina en el capítulo 4. Los que siguen deben ignorarse.
Otra posibilidad es ir pegando botes entre capítulos. El orden de lectura propuesto es el siguiente: 1, 5, 2, 7, 3, 4, 6.
Puede leerse además en cualquier otro orden. Si alguien prefiere imprimirse el documento y hacer una pelota con él y metérsela por el culo también me parecerá bien. Este es un país libre. Un país sensible, amplio de miras. Terreno abonado para la cultura.
Mi tiempo. Mi país. Mi aportación.
Capítulo 1
Lucía y Oliveira van en un Seat Ibiza por la carretera de Almería. Llevan cerca de veintidós horas sin dormir. Ella está medio loca y conduce a toda hostia. Él mira por la ventana en plan intelectual. Ninguno de los dos ha pegado un palo al agua en su puta vida.
Capítulo 2
Lucía saca un pitillo y se lo enciende. Tengo entendido que es chungo que te cagas, dice Oliveira. Lo de fumar.
Capítulo 3
Lucía se vuelve hacia Oliveira percibiéndole como un desconocido, enfrentándose a otro. Como que le da que el tío ha cambiado, ¿sabes? ¿Tú eres subnormal o qué?, piensa Lucía.
Capítulo 4
Lucía echa mano al bolsillo y le tiende a Oliveira la hoja de afeitar y la papelina. Dice: Anda, déjate de hostias y hazte otra rayuela.
Capítulo 5
Lucía y Oliveira vienen de Zaragoza. Oliveira no puede dejar de pensar en Zaragoza. Uf. Vaya tela de lugar.
Capítulo 6
“Vale”, dice Oliveira. Saca un billete y se pone a preparar el rulo.
Capitulo 7
Sigues pegando botes. Ganas de complicarse la vida, ¿no? Así te va todo, piensa en ello. Vale, perdón.