El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Gente

Magda Bonet Cancionero moderno— 08-04-2013

Al volver al día en condiciones resarcidas de día después de una noche tremenda como cuando entonces casi siempre, me digo: no deberías hacerlo muy a menudo pero si más. La noche nos pertenece. Because the night.

Hoy más que nunca, cierta superficialidad nos honra, volver a armarnos de aquella viscosidad alegre donde antes patinábamos de culo y cuesta abajo, creyéndonos merecer un cielo que nunca nos fue concedido pero tomamos por la cara y tantísimas risas.

Nada mejor que meterse en el mercado de la carne de una discoteca para volver a reconocer el precio de algunas cosas y hacerse cargo de la falta de comida que no es desdén alimenticio.

Cuatro inmigrantes, como cuatro ángeles en las cuatro esquinas de la cama, hacen guardia en los cantos de la sala atronante, donde a veces suena algún tema que dice sí al caderazo, al movimiento sexy.

Es nueva para mí esta forma de deseo que dibuja un haz de luz hiriente desde la pupila de los custodios hasta cada uno de los monigotes humanos que ellos escrutan (nos) como tigres hambrientos, muy desdichados. Avidez de calderilla donde cualquier deseo de café con leche cada mañana se supone feroz, tan pasional.

Por lo demás, lo mismo de siempre. Ofertas en la bebida y Barcelona tan guapa que da asco, con las luces de colores, las farolas, los taxis y los tejes.

Miquel Roca Junyent baila, a la manera de los primeros temas de los Brams, entre una foto de Jordi Pujol del sexo drogas y rock and roll y la Marta Ferrusola toca´m la titola de los Pets antes de la escatología pop. La pela es la pela, pero para restar evidencia le meten en la sala Vip, lo cual nos alegra a todos, menos a los chonis y a las chonis que no saben quién es y bien que hacen, porque el saber se les queda prendido de las manos y lo ajustan en la goma del pantalón del chándal. Un día merecerán los supermercados que trabajan.

Pásame el rímel y dime si no es bello aquél adolescente de la melena lacia, parece un existencialista francés que no sabe qué hacer ni con su pena ni con su bufanda.

Esto era de Camilo Sesto.

Y el chico es una chica.

Tú siempre tan pragmática, tan innecesaria. Nada de lo que te luce es andrógino. Mar o montaña.

Los de la peña nos abrazamos chillándonos a los oídos. El contacto corporal que los discípulos de algunos métodos de la construcción de actores alcanzan a fuerza de desmerecerse y mucho llorar el pañal que fue y pudo haber sido, nosotros nos lo curramos como si siempre. La tribu es esto.

Mañana nos llamaremos de bajón y hasta llegar al lunes iremos de un lado a otro de la casa con la sensación del tiempo es perdido y la responsabilidad fiera. La conciencia es un lujo de los pobres que los ricos se atribuyen y no les cabe.

Yo hablaré con mi hija por teléfono y se pondrá contenta. Estás hecha una fiera ¿Qué tal la espalda?

Luego me sentaré al ordenador, caray con el Butano, y volveré a caer en la cuenta de que no se escribe bien con disonancias, pero haré lo que pueda, porque a la tarde, finalizado el trabajo y muy cansada, debo llevarle la cola a una amiga que ha de hacer un escrache.

No te pongas el pincel en la boca. O salimos de nuevo o lánzalo bajo un coche cuando los veas venir.

Tantísimas risas, tantísima hambre y tantísima gente.

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