Tal vez lo más extravagante que, de momento, me ha sucedido en este año tan abundante en singularidades haya sido ver Holmes & Watson. Madrid Days, de Garci; aunque quizá aquí, por una vez, la palabra adecuada sea visionar; pues nunca sabré si aquello fue una visión chamánica. Con lo bonito que es el mundo de Sherlock Holmes, con sus nieblas, la barbilla en el violín, la jeringuilla, el ruido de los cascos y las ruedas del coche de caballos, la ventana cerrada, los visillos corridos… Queriendo retroceder al Madrid de Pérez Galdós y de Isaac Albéniz (el compositor, que el inventor del submarino era otro Isaac), Garci se ha quedado en 1970, cuando Paco Valladares hacía de David Copperfield en la novela la tele. ¿Por qué hará películas José Luis Garci?
Garci es un escritor en toda la regla, que no escribe porque le parece antiguo; pero cuando hace cine lo vetusto se le manifiesta para vengarse. Al Garci escritor no se le encuentra en sus primerizos cuentos de ciencia-ficción, ni en sus irrupciones juveniles en la revista Nueva Dimensión, ni siquiera en su preotoñal y soberbio empeño con la revista Nickelodeon. Garci escritor está en el guión de La cabina rezumando todo el Bradbury que ha leído y que antes había querido mostrar sin haber acabado de metabolizarlo. Garci es más Bradbury cuando escribe esa historia de terror del hombre de la ciudad atrapado en un teléfono (joder, ahora me acabo de ver a mí twitteando), que cuando pretende ser Ray Bradbury en persona. Sí, en los guiones está el Garci escritor; pero esto es un tópico y por tanto una trampa. ¡Por supuesto que en los guiones hay escritores! Pero la verdad es siempre más profunda, la verdad es siempre una garganta profunda. El Garci que escribe no está en papel debido a las razones de historiografía que ya he dicho; está dirigiendo sus escasas mejores películas. Por ejemplo, el documental sobre su admirado Alfonso Sánchez, que empezaba con aquellas toses del viejo crítico tapado en la cama, leyendo el ABC… Alfonso Sánchez fue un formidable escritor que junto a libros y críticas publicó reseñas de actualidad cinematográfica en La Gaceta Ilustrada, convirtiéndolas siempre en deliciosos ecos de sociedad. La vida sigue, se llamó su sección con esa condescendencia con que los antiguos dejaban pasar el tiempo. A lo largo de su documental, Garci está constantemente buscando en el anciano al escritor que hay en él. Aquí el cine es una cortina de humo (precisamente la que le falta en Holmes & Watson) para mostrar a un hombre que se ha pasado la vida pegado a la máquina de escribir, y esas son las escenas que con mayor potencia se manifiestan en la película. También es escritor el Garci de El crack, un escritor peliculero y folletinesco, adjetivos que vienen a significar lo mismo. No es cine negro lo que hay en El crack sino novela negra bien leída, ya que el cine de esa cinta es más cine de Truffaut. Y eso uno lo ve de lejos, pues no puede meterse. Sí, lo hace muy sentido, pero se nota a todas luces, las luces de navidad de aquel Madrid, que la nouvelle vague no es su película. Ay, compañera, siempre lo que más queremos es lo que menos nos pertenece.
Sherlock Holmes nunca debió llamarse Holmes & Watson, el primero es un investigador de renombre internacional, lo otro todo junto es una compañía carbonera; a lo mejor valdría de nombre para la tapadera de una trama valenciana. ¡Si precisamente lo que yo quiero saber de Sherlock Holmes es lo que mejor puede contar Garci!, y no lo hace. De Sherlock Holmes a uno le interesan por encima de todo las horas muertas. Ya hemos leído y ya hemos visto en muchas series y películas a qué se dedicaba Sherlock Holmes cuando investigaba casos. Pero, ¿y cuándo no hacía nada? sino preparar soluciones para meterse un poquito, observar cromos con una lupa, frotarse las manos con la pipa en la boca un día de lluvia en que le da palo salir… ¡Esos son los días de Madrid de todos los que no vivimos en Madrid!
Garci es un escritor de Madrid en el sentido medular, como lo fueron Quevedo, Valle-Inclán, Gómez de la Serna, Paco Umbral; pero ha preferido el Madrid de ellos al suyo. Cualquier otro Madrid al suyo. Los días de Madrid de Garci no coinciden con los días de su vida, y esto es lo que no le deja escribir y también por esto le salen unas películas que parecen hojas secas en el parque del Retiro de cualquier día del año, menos de hoy.