El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Espero que no te importe que coja la canción de Frozen

Ainhoa Rebolledo Una para las dos— 23-01-2015

Y la destroce con un cuchillo. Aunque siga amaneciendo todas las mañanas no deberíamos vivir tan tranquilos porque es una realidad incuestionable que cada día que pasa estamos más cerca de la Tercera Guerra Mundial. Ya es hora de ir quitándose la batamanta para ir tomando posiciones. La causa del conflicto ya no será el reparto del agua sino las fronteras del Islam y no todos los países tienen claro en qué bando van a jugar o qué hashtag insertarán en sus declaraciones de guerra. España, líder indiscutible de los remolones que se limitan a retuitear sin aportar nada, pasará los primeros meses del conflicto intentando elegir en asamblea a un Ministro de Guerra (¡por favor, que pongan a Pedro Sánchez al frente de la línea Maginot! ¡Sonríe mucho y bien!) y no sabe si terminará el año con Juan Carlos Monedero como Presidente del Gobierno, con Telecinco emitiendo #LittleSecretFilms en el prime-time o con la infanta Leonor perfectamente capacitada para hacer tonterías reales siguiendo la estela de su abuelo. No sé cómo conseguiremos las dos primeras cosas sin recurrir a Jorge Javier Vázquez o a la intervención del ejército pero de momento deberíamos ir haciéndole una pequeña prueba de resistencia a la niñita, algo así como echarla a los leones y, si sobrevive, dejarla un fin de semana en un hotel de Magaluf con cámaras grabándola 24h y comprobar cómo se desenvuelve en ese Gran Realeza VIP (feat. Magaluf Shore). En cualquier caso y como queda mucho tiempo y muchísimo frío para que termine esta película de terror llamada 2015 (que no pudo empezar con un primer acto más violento) y podamos confirmar qué posición tomará España en la tercera guerraza, necesitamos comprobar cuanto antes en qué idioma canta Su Pequeña Majestad Rubia Natural la canción de Frozen para saber contra quién vamos a disparar. Está claro que en los juegos infantiles que se desarrollan en Zarzuela Leonor hace de Elsa y Sofía de Anna pero no sabemos cómo es la banda sonora de sus últimos juegos antes de la guerra. De momento, las mañanas son soleadas, llegan puntuales a la escuela bilingüe y nada hace presagiar la tragedia que sobrevuela los cabellos rubios de estas niñas. Todo bien, o no. ¿Cuántas derrotas podrá soportar la sonrisa de Pedro Sánchez?

La canción de Frozen, (el Let it Go, para los despistados) debe cantarse siempre en inglés, nunca en castellano. Cantar la versión que han puesto en boca de Gisela (catalana, conocida por su participación en Operación Triunfo 2001) es casta, así figura en el programa electoral de Podemos. Sus gorgoritos castellanos son la representación de lo peor de la España grande y libre: una réplica absurda y mala de algo que sonaba bastante bien en su versión original y, qué cojones, Let it Go no significa Libre Soy pero, ah, claro, más o menos rima y suena bien. En España preferimos las apariencias, preferimos una rima asonante a una verdad y por eso le encargamos la traducción de la letra de la canción a un becario, de igual forma que delegaremos nuestra estrategia en el tercer conflicto militar global en un pardillo que no sabrá disparar un kalashnikov. Si es cierto que las hijas de Letizia Ortiz cantan la canción de Frozen en castellano, en el conflicto nos enfrentaremos a países que cuentan con profesionales de guerra que saben disparar un AK-47 mientras caminan silbando el Let it Go en su lengua materna, que están perfectamente capacitados para ganar porque han sabido traducir de forma fidedigna la canción de Frozen. Capitaneados una vez más por Estados Unidos, nos enfrentaremos en la guerra a Holanda (con el Laat Het Los), Alemania (con su Lass jetzt los) y Japón (con el, atención, ありのままで). En el otro bando estarían los hippies que cantan la canción de Frozen con un tonito libertario y que piensan que el original es infiel a su traducción: ahí están Francia con su Liberée, Delivrée, Suecia con su Slå Dig Fri y países de la periferia de la Celtiberia como Portugal y Catalunya, que van definitivamente por libre con su Já Passou y su Vol Volar, respectivamente. Estos dos países se unirán al bando ganador en cuanto esté a puntito de terminar la guerra y el Hitler del futuro esté cargando la pistola con la que pegarse un tiro en la sien. Bélgica dice que de momento va con Holanda. Ah, un dato importantísimo: los musulmanes cantan ““أطلقي سـركِ que, según Google Translator, significa exactamente Let it Go. Cuidado.

Como todavía queda tiempo para la guerra, tenemos tiempo de empadronarnos en el país que queramos. Mis amigos de confianza y yo haremos este fin de semana un Gerard Depardieu como borregos (es decir, nos largaremos directamente a Rusia con abrigos de borreguito) para cantar el Отпусти и забудь que significa Let it Go & Forget, “Déjalo marchar… y olvídate”. Recordad, amigos, que si no os cuidáis, nadie lo hará por vosotros. Hay esperanza para las mujeres porque en la película de Frozen las chavalas no esperan la llegada de ningún príncipe azul para salvarlas. Aun así, no hace falta que desconfiéis de Monedero pero tampoco os fiéis demasiado.

Así que ya tenemos los bandos, ya tenemos las palomitas y la televisión por cable. Ya estamos listos para ver la guerra. Tomad nuestros cuerpos, ahí tenéis los cuchillos. Ya hemos encendido los cigarrillos que nos llevarán a la muerte antes del combate, ahora, intentad enseñarnos a disparar, veréis qué risa. Moriremos delante de una cámara, retransmitirán nuestro final sangriento por televisión y no habremos muerto en vano porque alguien se habrá entretenido viéndonos morir en el telediario de las 15:00, luego lo repetirán en el de las 21:00 y lo podrá ver más gente antes de que nuestras patéticas muertes caigan en el olvido.

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