El Butano Popular

Librepensamiento y explicaciones

Mírate las manos

Javier Pérez Andújar La vida en Marte— 04-11-2013

Vamos, Jack Arnett, cómetelo todo. ¿Te acuerdas de aquella gitana, Jack? Estaba con los suyos cantando y tocando las palmas a la puerta del bar. El de la guitarra seguro que era su novio. Lo digo por cómo ella lo miraba. A ti te gustaron los ojos de la gitana, eran grandes y azules igual que el cielo de aquella tarde, y porque estaba volviéndote loco no te atreviste ni un segundo a mirarla de frente. Ella te leyó la mano riéndose y tú mirabas la punta de sus dedos escarbar en tu palma, rayada como un disco rayado, y entonces ella dijo que nos casaríamos. Vamos, Jack Arnett, cómetelo todo esta vez. Nos están sacando una foto, Jack; pero no seas tonto, no mires a la cámara. Cierra los ojos otro rato y cómetelo todo. ¿Te acuerdas también de cuando mamá le daba de comer a Red aquellas latas que le gustaban tanto? Red también cerraba los ojos como tú, y escarbaba en el suelo moviendo sus patas igual que tú escarbabas con los ojos entre los dedos de la gitana, y le lamía los dedos a mamá como entonces tú lamías con la vista todo lo que se te ponía por delante. No, no. No abras los ojos aún. Hay una cosa más que recordar antes de que se nos acabe el pastel. Porque te lo vas a comer todo, ¿verdad, Jack Arnett? Nos falta recordar el invierno en que se congeló el coche de papá bajo la nieve. Sólo es eso, sé paciente. Fue aquel invierno. Cuando nos despertamos estaba todo blanco y su coche parecía el trineo de Santa Claus, eso dijo mamá. Y viniste igualmente, hundiendo tus botas a lo largo del camino, para cenar con nosotros aquel día. Y mama te hacía repetir pavo y te decía también: “cómetelo todo, Jack Arnett, vamos, cómetelo todo”. Luego viniste a buscarme en el Dodge negro de tu padre y apuntaste a papá con la escopeta y me llevaste contigo. Me dijiste: “Dallas, sígueme”. Las montañas eran un sitio lejano por detrás de la niebla. Parecía que no íbamos a llegar nunca, y tú ponías música para que el tiempo pasara todavía más despacio. Ya puedes abrir los ojos, Jack Arnett. Mírate las manos, observa otra vez tus rayas. ¿Verdad que no ha cambiado nada?

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