En febrero de 2008, Elisa y su novio deciden casarse. Fijan la boda para la tarde-noche del próximo domingo 29 de junio e invitan a ciento diecisiete personas.
A partir del 10 de ese mes, la selección española de fútbol se va desembarazando de todos sus oponentes en la Eurocopa de Austria y Suiza. Elisa y el novio confían en el hecho de que la historia del fútbol español, repleta de tropiezos, juega a su favor. Saben que es casi imposible que una sucesión de partidos saldados en triunfo eche una manta de funesta casualidad sobre su tarta nupcial.
El equipo nacional llega a la final, a celebrar contra Alemania a partir de las 20:45 horas del domingo 29 de junio.
Mientras se casan, pendientes todos del partido, ninguno de los invitados hace caso a la pareja. Lo peor es cuando España gana.