Me parece que realmente hay una distinción muy clara entre lo que es ficción y lo que es realidad (…).
Yo no comparto en absoluto esa inocencia de las palabras de la que hablaba el señor Sánchez Dragó
y de la que hablaba la presidenta de (la Comunidad de) Madrid, Esperanza Aguirre.
Ángeles González-Sinde
Obviamente si Dragó comparte con Aguirre (y Aguirre es mala por no ser socialista) se sigue que lo que dice esta criatura poco reflexiva, nombrada ministra pero no por ello un ápice más inteligente, va a misa. Esta es la lógica de nuestros gobernantes que, desde un supuesto progresismo de base y técnicas de propaganda de baratillo, practican un sectarismo mucho más agresivo y peligroso para la convivencia y las libertades que sus opositores católicos y conservadores.
Nuestros gobernantes practican un sectarismo mucho más agresivo y peligroso que sus opositores católicos y conservadores.
En un controvertido pasaje de su último libro, dice un periodista, “Dios los cría… y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…“; en el que comparte confidencias y conversaciones con el dramaturgo Albert Boadella, Dragó le cuenta a Boadella su estancia en Japón a finales de los 60 y literalmente asegura: “En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda… Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba“. A renglón seguido, explica: “el crimen ha prescrito, así que puedo contarlo, aparte de que las delincuentes eran ellas y no yo“.
Suerte que tuvo Dragó, pienso. Y añado: en la medida que sea verdad no debería excusarse de nada. Porque si no, ocurre lo que ocurre. Y ocurre que llega la lista. La lista citada al principio del artículo, que viene con las cosas muy claras: LA LITERATURA NO ES UNA COARTADA.
¡Toma ya!
La lista añade de manera aclaratoria y admonitoria: “Las obligaciones y valores de un escritor no son distintas de las de cualquier otro miembro de la sociedad. El oficio de literato no es un eximente para quienes, con sus palabras, por muy hábilmente que estén ordenadas, ofenden, desprecian, se saltan las reglas de convivencia y pisotean, peligrosamente, valores como la igualdad o la no discriminación.”
¡Qué miedo!
Los sectarios, más aun las sectarias, carecen del más mínimo sentido del ridículo.
Ante una voluntad sectaria tan rudimentaria, la apelación a las gollerías de lo políticamente correcto a las que se califica de valores (indudablemente “universales y eternos”) no merece más respuesta que una sonrisa cuando no una carcajada. ¿Pero no se da cuenta esta indocumentada que aquello de lo que habla, mentarlo en Estambul es ridículo y perverso?
Los sectarios, más aun las sectarias, carecen del más mínimo sentido del ridículo. Además tienen varas distintas de medir según les venga en gana. Veámoslo con un ejemplo práctico.
Por ejemplo confrontemos la reacción de la prensa “progresista” (PRISA-CNN) ante las palabras, también recogidas en un libro, del eminente Daniel Cohn-Bendit. Antiguo anarquista que hizo sus pinitos para la CIA durante el 68, contribuyendo a la conveniente caída del general De Gaulle, y que, mucho más imprudente que Dragó, relata lo siguiente, acontecido mientras trabajaba en una guardería, en un libro autobiográfico en 1975: “Ocurrió que algunos niños me abrían la bragueta y me hacían cosquillas. Yo reaccionaba de manera diferente según las circunstancias. A veces, les decía a los niños: ‘¿Por qué no jugáis entre vosotros …?‘ Pero ellos seguían y yo terminaba por acariciarlos“. Cohn-Bendit agrega: “Mi ligue con los chavales tomaba, rápido, formas eróticas…“
Si esto lo contara un sacerdote católico se armaba la tremolina y la dimisión de este payaso sería inmediata. Pero es UNO DE LOS NUESTROS y… El País relata cómo se sacó el dato en un debate político antes de las elecciones en Francia y cómo fue reconducido por y para “los biempensantes”: “Con todo, hubo un episodio determinante en esta campaña, a tres días antes de su fin, que a juicio de muchos expertos dinamitó las expectativas del centrista Bayrou y disparó las de Cohn-Bendit. Ocurrió en un debate televisado. Bayrou atacó directamente al que creía su rival directo, y le acusó de hipócrita y de vendido. Bayrou siguió, en una deriva inesperada: ‘Aún no has aclarado lo de la vida sexual de los niños’. Era una vieja historia ya olvidada: en 1975, cuando trabajaba en una guardería, Cohn-Bendit escribió un libro sobre sus observaciones sobre la vida sexual de sus alumnos. Las palabras de Bayrou escondían una velada acusación de pederastia. Cohn-Bendit miró de frente a su rival y dijo: ‘Sabía que lo ibas a sacar’. Al día siguiente, cuando el episodio ya se había convertido en la más agria polémica de la campaña, el líder ecologista supo acertar al disculparse por el tono. Ganó puntos. El centrista no se retractó. Se quedó ahí. Los electores no se lo perdonaron“. (Los subrayados son míos.)
Se pueden cerrar librerías, quemar libros incluso, si se vende el producto de manera adecuada.
Hoy el manejo mediático es lo esencial, nada que ver con el conocimiento de los hechos, la reflexión o el uso adecuado del pensamiento. Quien mejor miente se lleva el gato al agua, quien comete crímenes, jamás tendrá problemas si sabe venderlos. Se pueden cerrar librerías, enviar libreros a la cárcel, quemar libros incluso, si se vende el producto de manera adecuada 1.
Y volviendo al título, extraído de un poema de Stefan George y referido a Hitler y otros tribunos de la plebe, citar a otra princesita de la nueva realeza progresista, ésta procedente del mundo cinematográfico español. Inés París, flamante presidenta del chiringuito Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, se pronuncia, según el periodista que la cita de modo “contundente”, sobre el asunto Polanski:
“Si Polanski violó a una menor (una chica de 13 años que, por lo que he leído, declaró haberse negado a mantener relaciones sexuales) no veo por qué debe recibir un trato diferente. Los artistas son tan responsables de sus actos como cualquiera. Otro tema es si la detención respeta la legalidad internacional“. (Los subrayados son míos.)
Con tanta inteligencia innata no entiendo por qué estas criaturas inigualables han podido ser preteridas durante los últimos diez mil años por esa mala bestia que se llama así misma “varón”.
Culmino, para que haya tres madres y un payaso, con la repelente y provisionalmente absuelta asesina de Tafalla, convertida en ídolo mediático por nuestra televisión oficial y los cónclaves feminazis. Esta maruja asesina, que no merece demasiados renglones, se va de rositas tras acuchillar a su marido debido a un supuesto “síndrome del maltrato”. Si un hombre en circunstancias similares hiciese algo parecido lo arrojarían a la cárcel, tirarían la llave y lo demonizarían. Mirando el rostro y los gestos de esta mala pécora uno comprende las aseveraciones de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal.
Una izquierda sectaria, atrabiliaria y usuaria de privilegios múltiples es una amenaza directa a la libertad de expresión
Recordar, antes de acabar, que Cohn-Bendit fue uno de los perros guardianes que saltaron contra Polanski en su momento 2. Una izquierda sectaria, atrabiliaria y usuaria de privilegios múltiples (una “nomenclatura democrática”) es una amenaza directa a la libertad de expresión y a muchas otras libertades. Asumámoslo y reaccionemos cuanto antes.
1. El hombre tiene el derecho de vivir según su propia ley:
de vivir en el modo en que quiera hacerlo,
de trabajar como quiera,
de actuar como quiera,
de descansar como quiera,
de morir como y cuando quiera.
2. El hombre tiene el derecho de alimentarse de lo que quiera:
de beber lo que quiera,
de morar donde quiera,
de trasladarse como quiera sobre la faz de la tierra.
3. El hombre tiene el derecho de pensar lo que quiera:
de hablar de lo que quiera,
de dibujar, pintar, cincelar, moldear y construir lo que quiera,
de vestir lo que quiera.
4. El hombre tiene el derecho de amar como quiera:
“toma tu colmo y voluntad de amor como quieras;
cuando, donde y con quien quieras.” —AL I:51
5. El hombre tiene el derecho de matar a aquellos que coartaran estos derechos.
Aleister Crowley
1 La demonización, y el conveniente silenciamiento del demonizado, siguen siendo la mecánica más utilizada.
2 Sin embargo, lo más divertido es lo que parece ser (no te puedes creer nada de lo que diga la prensa) que dijo el sin par Amenábar , con una filosofía a la altura de su muy gazmoño cine: “Alejandro Amenábar, por su parte, no quiso ahondar más en el asunto, y dijo que le parece ‘tremendo’. ‘Yo que soy temeroso de las autoridades jamás hubiera huido y me hubiera quedado a cumplir la condena’“.