Solía ver su mirada entre las llamas de la hoguera y luego hacía el gilipollas; hacer ver que te iba a tirar al fuego, robarte el petardo más grande, ponerte a rabiar y todas estas zarandajas que hacemos los humanos en el momento animal de la conquista, con pocos años, antes del amor depredador comida de olla y de aprender a decir cosas bonitas para unirte a alguien, que sería lo suyo, qué quieres que te diga, pero no sabíamos más, teníem quinze anys.
He tenido el privilegio de oír cantar y corear Paraules d´amor en la Habana y fue de piel de gallina, amor de hoguera. Ahora debería decir lo que siento, que Serrat ha hecho más por difundir el catalán que todas las senyeres del mundo, y me dirán que esto lo dicen todos los sociatas, pero yo no lo soy y así lo siento. Lo dice la estadística y lo dice América latina.
Encima, Serrat no ha terminado cantando en alemán, que es lo que hacen hoy los de la voz cantante. Clavar la pica en Flandes y largarse a Valdemoro para caminar entre su pueblo y el de Pinto.
Los sentimientos se combaten con un montón de dinero, pero no entre las llamas de la hoguera. Este año te vi a ti, aunque al dar la vuelta para encontrarte ya estabas en el otro lado. O el mareo o el amor. O el mito o el timo. Todas las palabras se parecen o tienen otra que es la misma con las letras invertidas. El juego es divertido, solo que ahora no hay tiempo qué perder en estas tontadas. Mira los surrealistas. C´est ne pas une pipe. Y lo era. A la que buscaban lo ilógico todo se les volvía razonable. Para bien de construir hay que tirar piedras y erosionar, no basta con dejar fluir la cabeza y tirarse a la escritura automática. Si me cuesta seguirte cuando escribes una buena historia porque no te creo, imagina si hubiera de seguirte en tu flipada. Estas cosas no son para tiempos de ley seca. Y es lo que hay.
La ley seca, y la justicia anoréxica, anémica, desmayada. Encima, la ley no ha variado desde los romanos, o no en lo sustancial. Será que nosotros tampoco, y la verdad es que a mí me parece que muy poco. Los Blesas del mundo ya estaban ahí, alimentando el sueño de Nerón. Hemos cambiado los leones por moscas muertas. Una mosca muerta puede comerse a más peña que un león vivo. Son terribles. Parece que el surrealismo es ahora. Siempre se inventan las cosas un tiempo antes, y, luego, la historia las dispone.
Ojalá no llegue nunca el día de la new age, que no se haga realidad.
Nunca he odiado más un estilo musical que no lo era. Pero esto ya son observaciones muy particulares y en las canciones solo se puede hablar en primera persona si hablas de amor y de desamor, lo demás parece mesiánico y tiene poco predicamento entre el público. Salgamos a la calle y démosles su merecido. Sí, hombre, ahora voy a hacer lo que dice este. El espíritu de la contradicción es un espíritu lerdo, porque si lo sigues a pies juntillas, los psiquiatras te pillan con una camisa blanca que llevan unos señores muy cachas. Analicemos este infantilismo tan fuera de madre. Te pillan de cobaya.
A ti y a mí también nos va a pillar alguien o algo.
Tú y yo siempre dando vueltas alrededor del fuego, mirándonos entre las llamas en la noche más ruidosa, la que más nos gusta. El fuego que pretende calentar al sol, darle fuerzas para que pueda soportar, sin morirse de vergüenza ajena, los amores del verano. Son bellas las historias paganas como también lo eran las leyendas de algunos santos.
San Francisco de Asís colgaba en su muro del Facebook llamadas urgentes para salvar animales y trabajaba de voluntario en la perrera.
Tú y yo, en cambio, nunca pasamos ni pasaremos de dar vueltas. La historia no nos quiere (historia se escribe sin hache, a la manera de Jardiel Poncela) porque quien nos quiere es la vida y poco más.
Róbame el petardo grande que te tengo preparado un buen susto. Los tíos son tontos, se ha creído que el que más peta es el de mayor tamaño, y el que ha pillado solo es una fuente de colores. Pirotécnica muda.
Fuimos aprendiendo con los años, a medida que pasaban las hogueras y los sanjuanes, antes del amor depredador, cuando todos los surrealistas eran cinco y los perros te lamían las manos. Dichosos helados. ¿No me vas a tocar con estas manazas sucias?
Sí, a mí también me gustaría unirme contigo y con todo diciendo cosas bonitas, pero es lo que hay y eso ya lo he dicho antes.
Nacimos en un país raro, mucho antes de la new age y con la llama a tope.